Friday, January 3, 2014

Asi que somos una mafia...

-Mierda, mierda ... - Los papeles volaban para todos lados en la recepción de la enorme biblioteca dónde una combinación inimaginable de libros, revistas, periódicos, comics y pergaminos, cubrían las enormes paredes y sólo daban paso a enormes ventanas que dejaban entrar luz para la biblioteca privada, "Luna de Plata" de la corporación "Lecubil" .
Una generosa donación a la comunidad por esta enorme corporación que de la noche a la mañana se había vuelto vital para la vida cotidiana. Tenían hoteles, restaurantes, laboratorios, plazas, tiendas, farmacias y no era de extrañarse que pudieran ofrecer beneficios cómo parques, teatros, museos y bibliotecas. De hecho "Luna de Plata" era de las bibliotecas más completas del mundo, tenían absolutamente todos los libros accesibles y una que otra curiosidad que decían sólo se había editado una vez. Los rumores decían que incluso dentro de sus bodegas tenían libros aún más raros y prohibidos, cosa que Wallace el atento dependiente siempre se reía y decía
-Ojalá fuera así... sería interesante-
Hoy sin embargo, el treintón dependiente de ojos grises esta lunático, corriendo por los pasillos, esculcando cajones y estantes, buscando frenéticamente algo.
- Ahora si Aurea me matará si no encuentro ese papelito de mier... -
- ¿Éste? - Frente a él se encontraba un hombre robusto trajeado impecablemente, quien le mostró a Wallace un papel lleno de apuntes-
- Putas Alexander, ¿Dónde lo encontraste? - El bibliotecario tomó el papel suspirando relajado
-  De tu escritorio, con el post it "Importante! Para Aurea! No lo pierdas porfavor! " - El hombre contuvo su risa, mientras el otro crujía los dientes y murmuraba maldiciones.
No era fácil administrar una biblioteca y las finanzas de la compañía "Lecubil". Se necesitaban cuatro cerebros para hacerlo... e involuntariamente Wallace podía hacerlo con cuatro personalidades distintas en su cabeza. Por conveniencia los cuatro eran "Wallace" pero cada uno tenía su personalidad y recuerdos diferentes. Los cuatro se diferenciaban por los colores White - Blue - Red y Green y cada uno podía salir por algún detonante que procuraban sólo saber ellos. Lo único que compartían era una enorme sed de conocimientos de todo tipo. Mitos, leyendas, rumores, recetas, secretos, tratados, gráficas... cualquier dato era interesante y Wallace sentía una insaciable gula por la información.
En el bajo mundo Wallace era de los informantes más confiables y usualmente era a la primera persona que se asistía por conocimiento. Varias personas intentaron secuestrarle o acabar con su vida, sin embargo ninguno había podido puesto que Wallace ya lo sabía y siempre se había preparado de antemano. Su conocimiento en venenos, armas, trampas, psicología, instrumentos de tortura habían sido sus aliadas para poder salir de aprietos graves.
El hombre del traje se retiro el sombrero para mostrar su cabello negro arreglado con un  pulcro corte de cabello y gel. Alexander no era un extraño a esa biblioteca. Pasaba todos los días por los reportes de oportunidades de negocio, los negocios actuales, la familia y los "otros negocios" pendientes. Ser el líder de una compañía multinacional no era labor fácil, pero tener la asistencia de su familia hacía todos los proyectos más simples.
- Green ... - Soltó  La sonrisa de Wallace se volvió jovial y fresca.
- La bolsa bajó en la comida enlatada, es muy posible que debamos quitar algunos productos para los salones de belleza...
- Blue... - Susurró el trajeado. La sonrisa de Wallace se volvió en una mueca picarona y sus párpados bajaron seductoramente. Su voz comenzó a deslizarse cómo una serpiente.
- Best Buy está mejorando sus acciones, y con la bancarrota en la que cayó Ricardo Diaz es muy posible que nos quiera vender las suyas.
- White... - Alexander puso su mano sobre el hombro del bibliotecario. El rostro del de ojos grises perdió totalmente todas las emociones. Una voz monótona salió de su boca.
- Nuestro dragón volvió a destruir uno de sus cuartos de entrenamiento al intentar probar uno de los experimentos del científico. El nuevo se está adaptando pero aún no sabemos que hacer con él, a mi parecer es cómo un gato y todo lo que está matando lo está trayendo a la casa en forma de agradecimiento. El chef tiene una nueva receta dijo que la haría esta noche. Los demás aún no regresan de sus vacaciones.
- Red.... - Con sus enormes manos, sujetó el cuello de su amigo por la parta trasera.. El rostro de Wallace volvió a su estado despreocupado y maldijo unas tres veces más antes de proseguir.
- Tengo la agenda del Ministro de Defensa cómo pediste ah y fuimos invitados a una reunión por esos de la mafiecilla, tú sabes esos cabrones que nos trajeron la humedad esa con la que vivimos. Vino la hija de puta que cuida la entrada y dejó sus mejores saludos. -Se levantó la camisa dejando ver un enorme morete. - Me impresiona lo certera que es cómo para hacerme tanto daño sin lastimar ni un órgano. -
- ¿No te diste cuenta de sus intenciones? -
- ¿Qué puedo decir? La desgraciada es muy impredecible. Me cae bien -
Alexander se encaminó hacia la puerta.
- ¿Ya te vas? ¿ Hoy no me trajiste nada interesante Alec ? -
- Hay varios negocios pendientes y quiero revisar a los demás antes de empezar. -
- ¡No mames! Me pusiste a hurgar basuras sólo para un reporte de mierda? - Sin siquiera voltear a verle. El trajeado se acomodó unos guantes de cuero y se puso nuevamente el sombrero. Metió su mano a uno de los bolsillos de su Scappino negro y le lanzó un pequeño pergamino mohoso.
-Lo acaban de sacar de una excavación. Tu decides si te lo quedas -
-Aaaaah mierdas, esto es pinche grandioso "Thanks to you and to hell" no se que dice y ya lo amo. -
El hombre salió de la biblioteca y se dirigió a la mansión actual de "Lecubil". Cómo siempre, le terminaban preocupando los integrantes de su familia